Cada año, la inmensidad de nuestros campos se cubre de flores de mil
clases distintas: la alfalfa, los cardos, el trébol, la flor morada, el girasol y tantas otras ; en los montes florecen los eucaliptos, los citrus, los manzanos, los
ciruelos, los duraznos, las acacias, etc., ¿Qué es todo esto? Son muchos
millones de pesos en miel que se asoman todos los años a la espera de que los
saquemos de allí
- por medio de la abeja -, y si no lo hacemos, toda esa
enormidad de plata se pierde para siempre, sin beneficio para nadie.